Hola, mi nombre es Guadalupe Valusso. Soy profesora de francés y de inglés. Siempre “enseñé a escribir” pero nunca me había dedicado a crear mis propios textos en español. En 2021 realicé un curso virtual de Podcast en la Unla donde escribí diferentes relatos. Casi por casualidad tuve la idea de enviar uno de ellos a un concurso de la Biblioteca Libertador San Martín de Lanús donde obtuve el segundo lugar. Ese hecho me entusiasmó. Comencé a asistir a talleres literarios presenciales y virtuales. En 2022 publiqué, junto con mis compañeros del taller de Literatura de Lomas de Zamora una primera Antología. Ese mismo año obtuve una Segunda Mención en el concurso literario “Palabras en libertad” organizado por el Centro cultural Mariano Moreno. Todo esto me entusiasmó más aún para seguir aprendiendo en diversos talleres como los talleres de escritura de la Unla, de la Biblioteca del Congreso, El Rojas Uba, y de la Amia.
Y otra vez casi por casualidad, en el 2023 tuve un encuentro con integrantes de la SADE Alte. Brown que me aceptaron inmediatamente y que me invitaron a formar parte de una nueva antología que dará luz este año.
Reflexionando sobre estas casualidades me maravilla el ver que a veces nuestros caminos pueden tomar rumbos diferentes, en mi caso, de la mano de Aquel que amo y me bendice día a día.
La gota de luz
Cuando Catalina acercó sus ojos a la gota vio figuras que hacían rondas. Miró más de cerca y vio su rostro replicado mil veces. Sonreía. Acercó el dedo sobre la superficie acuosa y comprobó que desaparecía.
Lo pensó. Volvió a tocar y una fuerza líquida la introdujo en la gota de luz. Empezó a nadar entre los haces luminosos. Dio vueltas atrapando el agua entre los dedos. Miraba desde el interior cómo el sol intentaba ingresar haciendo arcoíris. Soltó burbujas, y nadó imitando a las mariposas.
En el instante en que el atardecer comenzaba su mística caída quiso salir. Lo intentó. Volvió a arremeter. Otra vez. Con todas sus energias. Imposible. De pronto unos ojos azules se acercaron, mirando con curiosidad la hoja sobre la cual la gota de luz se balanceaba. Trató de leer el mensaje, pero la fuerza del círculo de agua fue tal que lo tomó como brazos potentes y cayó dentro.
Todos los atardeceres Catalina y el de los ojos azules escriben mensajes para advertir a los caminantes, pero los rayos del sol diluyen los trazos y su clamor doloroso desaparece entre las hojas verdes donde aún se balancea, inocentemente, la gota de luz.
